Me parece increíble pero ¡ya queda menos de un mes para la Navidad! Y probablemente much@s ya estéis pensando en qué pedirles a los Reyes Magos o en qué regalar en estas fechas.

Perfumes, libros, ropa… y adivina, ¡cosmética! Si llevas todo el año esperando para poder darte un capricho y comprarte ese producto del que todos hablan, antes de gastar dinero lee este artículo. Quizás te ahorres unos euros…

¿Regalar cosmética es una buena idea?

Creo que todos somos conscientes de que Diciembre es el mes del consumismo. Con la excusa de las fiestas navideñas, compramos una cantidad de cosas que seguramente en otra época del año ni se nos pasarían por la cabeza.

Por eso considero que es imprescindible elaborar una lista con tiempo suficiente, tanto de los regalos que vamos a hacer como de los que queremos nosotros.

En cuanto a la cosmética, que es el tema que nos interesa, comprar sin prisas me parece fundamental. Además, si estás pensando en hacer un regalo de este tipo, no olvides tener en cuenta los siguientes aspectos:

¿Para quién es?

No me refiero a quién va a ser el afortunado en recibir el regalo. Me refiero a si el producto que vas a comprar es el indicado para la piel de esa persona.

Párate a pensar en si conoces su tipo de piel: ¿seca, grasa, mixta? Si no lo sabes, ¿cómo vas a decidirte entre una crema o un gel, por ejemplo?

¡Y esto es sólo el principio! Detrás de cada piel hay una necesidad que tratar, que variará no sólo de persona a persona, sino también según diferentes factores a los que esté expuesta: radiación solar, contaminación, aire acondicionado, humedad ambiental…

Por otra parte, es clave conocer su rutina facial, pues podría darse el caso de que el producto que vayas a regalarle lleve en su composición algún activo que interacciona con los que ya utiliza.

Y por último, pero igual de importante, es tener clara la problemática que le preocupa. ¿Manchas? ¿Flacidez? ¿Arrugas? El tratamiento debe centrarse en una dirección, pues no se puede tratar todo a la vez. Y sin los datos suficientes, ¿cómo vas a seleccionar el adecuado?

Mi consejo es que nunca compres una crema “indicada a partir de los X años”, es una información que no aporta nada a la hora de escoger un producto cosmético.

Y aprovechar estas fechas para pedirles cosmética a los Reyes Magos, ¿sí o no?

Como decíamos al principio, las Navidades nos hacen caer en un montón de tentaciones, y esta es una más: encapricharnos con un producto que muy probablemente no necesitemos.

Si estás pensando en reponer alguno de los cosméticos que ya utilizas, ¡entonces genial! Conoces el producto (textura, olor, características, indicaciones…) y no es una decisión impulsiva. ¿Por qué no aprovechar estas fechas para que te regalen algo que sabes que vas a usar?

También puede darse el caso de que estés terminando tu serum de vitamina C, por poner un ejemplo, y te apetezca probar uno diferente porque el que tienes no te termina de convencer. En este caso te diría que aproveches la ocasión y te informes acerca de las alternativas que tienes antes de decidirte por uno.

Pero… si sólo lo quieres porque está de moda, porque todo el mundo habla de él o porque es de una marca “cara” y que tú nunca te comprarías, quizás tengas que analizar más a fondo esta decisión.
Las mismas preguntas que te deberías plantear a la hora de decidir regalar un cosmético, háztelas a ti mism@:

  • ¿Está indicado para tu tipo de piel?
  • ¿Cubre las necesidades que tu piel necesita en este momento?
  • ¿Está enfocado a resolver el problema que te preocupa?
  • ¿Realmente lo necesitas o ya tienes otros destinados a tratar lo mismo?

No olvides dedicarle un momento a pensar en qué parte de la rutina lo vas a incluir y si va a suponer el dejar de utilizar productos que todavía no has terminado. La mayoría somos demasiado impacientes como para no probar la nueva adquisición, y seguro que no hace falta que te diga la cantidad de cosméticos que caducan por quedar relegados a un segundo plano.

Mi opinión

Con el post de hoy sólo pretendo hacer una reflexión sobre lo materialistas que nos estamos volviendo. Y os lo digo yo que vivo en un país en el que ir de compras es el principal hobby.

Por supuesto, cada uno invierte su dinero en lo que cree conveniente. En este caso no me refiero tanto al gasto que supone comprar de forma impulsiva, sino a las consecuencias que ello puede tener.

Adquirir nuestros cosméticos sin un análisis previo puede suponer alterar por completo el estado de nuestra piel, o echar por tierra los resultados que tanto tiempo nos costó conseguir con nuestra rutina.

Mi consejo es que decidas con calma y de forma consciente, al final de lo que se trata es de tener una piel sana.