La rosácea es una enfermedad crónica de la piel y que afecta principalmente a la zona central del rostro: mejillas, nariz, frente y mentón.

Lo más característico de esta afección dermatológica es la presencia de capilares dilatados (telangiectasias) que provocan eritema y enrojecimiento del rostro, así como granitos similares a los del acné, pápulas y pústulas.

Rosácea

La rosácea no tiene cura, por lo que el tratamiento irá encaminado a controlar el componente inflamatorio. Y dado que tiene un impacto muy negativo en la calidad de vida de quien la sufre (muchos pacientes refieren baja autoestima, vergüenza o incluso depresión), un buen diagnóstico por parte del dermatólogo es clave para el cuidado de estas pieles.

Si tienes rosácea, no te desanimes, hoy en día existen multitud de cosméticos que te ayudarán a calmar los síntomas y a controlar y disimular las rojeces.

Lo más importante es evitar los factores que pueden exacerbar la enfermedad y utilizar los productos adecuados para cuidar tu piel. ¿No sabes cómo hacerlo? No te preocupes, en este artículo te lo cuento.

¿Cuál es la causa de la rosácea?

Como ya dije, la rosácea es un trastorno inflamatorio crónico.

La causa que la produce no se conoce con exactitud, pero sí se sabe que están implicados factores genéticos, ambientales, infecciosos, inmunológicos, así como alteraciones neurovasculares.

En cuanto a la prevalencia, la aparición de rosácea es mucho más frecuente en mujeres (principalmente de piel clara) que en hombres, y la probabilidad de sufrirla aumenta con la edad.

¿Qué tipos de rosácea existen?

Podemos diferenciar 4 tipos o etapas de la rosácea:

Etapa 1: Rosácea eritematosa-telangiectásica

Aparece eritema transitorio o temporal en la zona centrofacial. Las telangiectasias se van desarrollando gradualmente, primero en la nariz y luego en las mejillas y el mentón.

Los pacientes refieren piel sensible con sensación de ardor y escozor, así como respuesta excesiva a cosméticos potencialmente irritantes (ej. cosméticos con fragancias o protectores solares).

Etapa 2: Rosácea pápulo-pustulosa

Se desarrollan lesiones inflamatorias similares a las del acné (pápulas y pústulas), pero sin la presencia de comedones.

Etapa 3: Rosácea fimatosa

Aparecen grandes nódulos inflamatorios, así como hiperplasia de los tejidos, lo que acaba provocando el engrosamiento y la deformidad sobre todo de la nariz (rinofima).

Este tipo de rosácea es más frecuente en hombres

Etapa 4: Rosácea ocular

Es bastante común que la rosácea afecte también a la zona ocular, provocando enrojecimiento e irritación. También es frecuente que aparezcan telangiectasias en la zona palpebral.

¿Cuáles son los síntomas más comunes de la rosácea?

Los síntomas que más frecuentemente aparecen en la rosácea son algunos de los comentados en el apartado anterior:

  • Eritema y enrojecimiento de la zona central del rostro, ocasional al principio y persistente después.
  • Dilatación de capilares pequeños y vasos superficiales (telangiectasias).
  • Granitos, pápulas y pústulas similares a los del acné, pero sin comedones.
  • Edema o hinchazón.
  • Sensación de ardor, picor, hipersensibilidad y reacción excesiva a irritantes químicos.
  • En los casos más graves, nódulos inflamatorios que pueden llegar a deformar la nariz.

¿Cuáles son los factores que la agravan?

Existen ciertos factores que pueden exacerbar o empeorar el estado de la rosácea:

🌡 Cambios bruscos de temperatura.

☀️ La exposición solar.

😡 Ciertas emociones como vergüenza, ira, rabia, estrés, ansiedad…

🌶 Comidas picantes y calientes.

🍷 Alcohol.

🏃‍♀️ Ejercicio físico intenso.

💄 Cosméticos irritantes.

💊 Ciertos medicamentos: vasodilatadores, corticoides…

¿Cómo se trata?

El tratamiento de la rosácea tiene como objetivo controlar la inflamación y minimizar los síntomas, para lo que pueden ser necesarios medicamentos que deberá pautar y supervisar el dermatólogo (por ejemplo, antibióticos como el metronidazol o la clindamicina; o retinoides como la tretinoína).

Por otra parte, una rutina facial con los productos adecuados es fundamental para prevenir o espaciar los brotes, y por supuesto, para no empeorar el estado de estas pieles.

A continuación te explico qué productos debes emplear en tu rutina de cuidado diario facial si sufres rosácea.

Rutina facial para pieles con rosácea

Realiza una limpieza facial adecuada. Que sea efectiva (para eliminar impurezas, el exceso de sebo, células muertas…) pero que respete la barrera cutánea.

Emplea limpiadores suaves, sin fragancias y no espumosos para minimizar el riesgo de que produzcan irritación.

Ejemplos:

  • Toleriane crema limpiadora, de La Roche-Posay
  • Aceite limpiador facial-corporal, de Ceramol
  • Gel limpiador sensibio, de Bioderma

Mantén tu piel hidratada con productos ligeros, de base acuosa y no comedogénicos. Puedes buscar en el INCI activos que te aporten un plus, como la alantoína o el aloe, por el efecto calmante que tienen.

Ejemplos:

  • Sensibio AR, de Bioderma
  • Sensifine AR, de SVR

No olvides nunca aplicar un protector solar, pero ten en cuenta que algunos filtros solares pueden ser irritantes. En general, los físicos suelen ser mejor tolerados. Busca en el INCI óxido de zinc o dióxido de titanio, o bien escoge uno que especifique “protector solar mineral”.

Ejemplos:

  • Fusion fluid mineral, de Isdin
  • Heliocare 360º mineral, de Cantabria Labs

Utiliza un maquillaje adecuado y que tenga una buena cobertura. Te ayudará a disimular las rojeces y a mejorar tu autoestima.

Ejemplos:

  • Dermablend, de Vichy
  • Toleriane teint, de la Roche-Posay

No utilices cosméticos agresivos o que puedan exacerbar tu rosácea. Evita exfoliantes físicos, tónicos astringentes, AHAs, productos que contengan alcohol, hammamelis, mentol, lanolina, perfumes… Todos ellos pueden irritar tu piel que, ya de por sí, se encuentra sensibilizada.

Consejos para convivir con la rosácea

Lo primero que debes hacer es tener una visión realista. Sabiendo y asimilando que la rosácea no se cura, te resultará más sencillo no crearte falsas expectativas ni con el tratamiento pautado por tu dermatólogo ni con tu rutina facial.

Esto no significa que los productos que estés utilizando sean inútiles, al revés, pueden permitirte espaciar los brotes y tener la enfermedad bajo control, así como prevenir complicaciones mayores.

Otra cosa que te ayudará enormemente será el evitar los factores que pueden agravar la rosácea, los cuales mencioné anteriormente. Tendrás que aprender a detectar cuáles son los que más te afectan y tener esta información presente en tu día a día.

Por último, debes saber que existen multitud de cosméticos que incorporan pigmentos verdes capaces de neutralizar las antiestéticas rojeces. Además, hoy en día puedes encontrar maquillajes con una cobertura excelente y un resultado muy natural. Busca el que más se adapte a tus gustos y no permitas que la rosácea afecte a tu autoestima.

Bibliografía

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